- A Fuente Alba
Con los ojos abiertos no logro desprenderme del cuerpo y la conciencia
Líquidas imágenes chorrean del cielo. Miro para todos lados y el frío se siente muy gris
Un vuelo de pájaros salpica las nubes hasta dejar de sentir lo más propio de todo lo demás
Ya es tarde, nos fuimos sin decir adiós
No me siento perseguido; todo me molesta. No tengo más cigarrillos. ¿Dónde escapar para no sentirme usado?
Compartiendo el hilo de la trama, dos ancianos me hablan en silencios particulares, en palabras compartidas.
El colectivo todavía pasa. La embriaguez se me pega en los labios; es por eso y sufro porque quiero o quiero por eso sufro
Quemé las fotos, y el recuerdo se me agolpa en la graganta en forma de grito; si pudiera sacarme las voces de la cabeza; abrir la puerta y correr, correr...
Un canto callado, una rosa en el espejo, desprenden los reflejos de un deseo especial
Pinté tu retrato en la parede, mucha sangre bocetada porque sí y me abrazo a las formas de la tristeza, y dejo a la mente en blanco mientrás bebo lágrimas de amrgura en un vaso sin fondo
La muerte me tira las cartas, vestida con los colores del sol no deja de reirse mostrandomé su único diente, guiñandomé su único ojo
Afuera me espera. Atrapado a la suerte de la flor poetíca miro por encima del muro de mi cuerpo, como juez de mi propio destino y no hay fuego en cada una de estas palabras. Sometido a la crueldad del recuerdo, la soledad purifíca a los que se fueron en un sueño.
ZOLO
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