lunes, 5 de junio de 2006
Grito nocturno
Terminada la fiesta de luz, aquel crepùsculo ebrio de rojo se iba lejos en las profundas voragines de su imperio
El sol enloquece
Se marcha lejos, lejos
Y con èl, la fiesta que me habia excitado de entusiasmos y de promesas
Y en la borrachera de su rojo, le envie mi ùltimo adiòs con la mirada, mientras triunfalmente ingresaba en la amplia voragine de fuego ¡Se habìa marchado!
¡Oh, voracidad jamàs saciada de nostalgia!
¡Oh, desesperaciòn infinita de tanta libertad huida!
¡Oh, desgarro inmenso de amor que concluye tan ràpidamentre y, nos abandona presuroso!
Legado ansioso de ti; ardiente en el deseo de tu fugaz estada
Y asì, satisfecho y sediento me abandonas en la noche con el solo recuerdo del aire ardiente que sofoca con su perfume opresor
Pero tambièn su perfume se desvanece lentamente mientras profunda y majestuosa viene la noche.Y siento con su llegada el reverbero de un enjambre infinito de luces fosforescentes, mil cantos que llegan a mis oidos como mil gritos.Y se acentùan, silban, susurran, se entrechocan, crepitando en gritos mayores y mùsica nocturna
Griterìo nocturno, para mi nostalgia voraz y desesperada, la eterna mùsica nocturna
¡Mùsica nosturna!
Llanto del universo y risa borbollante de vientos quejumbrosos
¡Oh, cuanta fiebre arde en tu inmensa oscuridad!
¡Oh! ¡Cuanta alegrìa haces gozar con tu dolor de silencios!
¡Oh, mùsica nocturna!
Gritos de las tinieblas
En el calor sofocante de la fiesta solar de mi juventud de ilusiones en esta noche transcurrida entre el fresco del aire y el rocìo que ataviaba la hierbade hùmedas perlas, encontrè el descanso restaurador y con impetú canté mi canción
Canción libre, que se unìa a la música de los gritos de las tinieblas
Canté:
Oh, noche de misterios, de consuelos y de silencio que pesa sobre mi espiritú
Tu peso, como el cuerpo de una bella muchacha que se aproxima, se compenetra y deja un olvido infinito
Y mi espiritù de ti siente el dolor que después atraviesa mi carne
Y pesa
Como el cuerpo de una bella muchacha
Y me da voluptuosamente la posesión de ti
Oh, noche de misterios
Oh, noche de silencios sin la pálida luna y las luces de las estrellas
Pero solo
Oh, mi noche oscura, solo sin claros, y en tu posesión me das dulzuras y tormentos
Con momentos de deseos livianos como una aureola
...
¡Y con mi canción cantaban también los secretos y misteriosos cantos de la noche!
Y su canción era el eco de un coro melodioso que envolvía casi completamente mi canto
Coro de gritos, golpes y crepitar de ramajes arrancados y destrozados por el viento, artífice del canto eterno, que mezclados en el dolor, resultan ser mis compañeros
Cantemos aún más y mezclemos mis lágrimas de alegría con vuestra linfa jugosa de dolores, que ahora la gran noche es nuestra, como es nuestro el velo negro que adorna el ataúd donde aguardamos nuestra festiva resurrección
¡Resurrección de vida!
¡Placer de poseer tan inmensamente que transforma nuestro tormentoso dolor en infinitas dulzuras!
Y la grandiosa posesión de la noche que transforma el tormento en delicia, borra la nostalgia que brama en mi pecho y me libera de la sed de la desesperación
Todas las fuerzas cercanas de los coros eternos rimaban con la noche y me regocijaba con ellos amando la tenebrosa compañia que me otorgaban el vigor para nuevas conquistas
Exultante, olvidé todo y cuando el sol me quiso reprender con su aurora de oro, huí al regazo interminable del nuevo sueño conquistado y no quise mirar más sus danzas de rayos y luces
SEVERINO DI GIOVANI
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