Veo una radiografia de la ciudad, y los asaltantes del paraíso rompen el delicado equilibrio en este territorio en penumbras donde el silencio, que no termina, hace que este libro de arena se me escape de las manos.
El futuro ya se fue y la gente como si nada se pierde en la boca de los subtes, y lo que no se nombra se dice en silencio, detrás de los jardines del olvido.
La ciudad ausente enciende las luces y este cuaderno de arena se dasgrana y los mapas de los espejos se confunden en este sentimiento hecho carne.
Veo la radiografia del mundo y otro vuelo de magia se pierde con un soplo de sombras que se lleva el silencio
El tiempo no para y este sentimiento sagrado ya no quiere recordar el sentido de esto, y lo que nombra sobrevive, lo que caya explota, en otros sentidos...
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