El tipo se fue al banco a cobrar el sueldo y como la mujer se le había separado de él empezó a tragarse cada uno de los billetes: en total 20 billetes de entre cien y veinte.
La hija lo miraba estupefacta. Todos alrededor se preguntaban que es lo que pasaba…
Una lagrima se le bajaba de la pestaña hasta las patas, dios ni siquiera se preguntaba si existían!
Sus brazos no podían sostener más la irrealidad real.
Los billetes: esencia del capitalismo no pueden jamás reemplazar el valor “real”.
Nada más pedía, el tipo, un abrazo sincero de honestidad y lealtad, nada de escapar y hacerse asaltar por la nimiedad.
Creyendo que la verdad, el arte, puede comprenderse por cualquier ser humano… caemos en la desilusión de la mentira y la fealdad, la desubicación moral y cultural…
Tragarse 1.800 pesos y no cagar (o cagarse) nada: el colmo del capitalismo.
ludens freak
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