Ya no llevo la cuenta de las horas
Que pensado en ella
Siento que fueron muchas las noches de otoño
Luchando por sondearla
¿Podía ser más oscuro el averno que lo
que se veia en los ojos de mi amada?
¿Qué era?
Siempre la pasión por descubrirlo me
poseía.
¡Esos ojos!
El blanco de sus dientes apretados
luchando por no sonreír.
La crueldad de su risa al despertar en mi
lecho, en cada madrugada me hacía temblar desde el cabello hasta los pies.
Un frio helado recorre mi pecho me trae a
lo mas profundo de la vida. ¿Acaso merecía tanta crueldad? ¿Acaso su amor no
podía ser tan violento?