La corrupción me juzga con aire de maledicencia,
impone frazadas sobre mi
el vaho pegajoso de una condena social.
¿Porque no juzgan a los que no imparten justicia?,
corrupción de menores, a mayor escala internacional.
Algo raro, sucio, contaminado merodea
para que yo repugne hasta perder la cabeza
y complazca en ello sus mas perversas ambiciones.
¿Andaré por el mundo cual degolláu?
asi me aceptan aplacados y gentiles.
Algo huele a crimen en el ademán lasceroso de estos muertos.
La corrupción me juzga con aire de maledicencia,
quiere agotarme con el mismo talenta,
eso lo sé por indulgencia,
he ahi lo que se llama "un gran negocio".
¿Como pueden dejar caer la bolsa de la usura
sobre tantos y tantos infelices?
Será porque juzgan pero no condenan con beneplacito...
directamente matan
porque tienen asumido el horror, bien asumido su fatídico papel:
un tormento solapado pretende convivir con la mañana
en plena beatitud, entre los más hermosos días.
Una atmosfera densa de improperios supone el alivio de tanta crueldad.
Mas en los barrios la rueda macrabra sigue girando
guaaa!! me encanta el blog, siempre encuentro poemas preciosos
ResponderBorrargracias por la visita..esperamos sigas visitando el blog
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