De tanto amar al prójimo (como lo estamos haciendo) corremos el riesgo de tratarlo como una simple cosa.
¿Y ahora? ¿que será de ti pobre diablo que te amas a ti mismo como amas a tu prójimo?
Amamos más las cosas que nos dan placer, los objetos del placer, que a las personas que decimos que amamos.
No hablo de hedonismo y/ o epicureismo o de platonismo. No hablo tampoco de utilitarismo o kantismo, si quiera de religión, mística o arte...
Yo amo y es difícil salir de esta discusión. Algunos optan por dios, otros por las personas, otros por la naturaleza o la cultura (súper- sobre vivencia)...
Basta ya de discursos. A veces las personas encuentran aburrida la discusión sobre el amor... ¿o es que acaso el aburrimiento se apoderó de sus cuerpos?
Por guido gelbert
mas vale que devolvas las cosas y no hace falta que te diga quien soy
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